Una de las labores de solidaridad más importantes que se realiza en la Residencia es la Catequesis, que consiste en impartir clases de doctrina católica a los niños de la Aldea El Pueblito (Santa Catarina Pinula) para ayudarlos a prepararse para que puedan hacer su Primera Comunión.
Como era de esperarse, este año fue muy distinto a los demás debido a la pandemia. Tuvimos que adaptarnos no solo a las medidas que la prevención del Covid requiere, sino a las circunstancias de los niños, por lo que la Catequesis del 2022 tuvo que ser presencial. Para esto, contamos con la aprobación de los padres de familia de los 8 niños que participaron y de la parroquia; por nuestra parte, preparamos toda una serie de medidas para asegurar que todos estuvieran seguros. Por ejemplo, la refacción que habitualmente hacemos con los niños, este año en lugar de quedarnos a comer con ellos las llevábamos en bolsas selladas y se la entregábamos a cada uno para que la comieran camino a casa; en su lugar, hacíamos algunos juegos o actividades para convivir con ellos pero que no requirieran quitarse la mascarilla.
La catequesis comenzó el sábado 6 de marzo, desde entonces, todos los sábados estuvimos compartiendo con los niños hasta llegar el mes de julio, que estuvo marcado por los preparativos para el acontecimiento que veníamos preparando: la Primera Comunión.
Retiro de preparación
Unas semanas antes de la fecha prevista para la Primera Comunión, organizamos un pequeño "retiro" para los niños, con la finalidad de darles las últimas clases de la catequesis, prepararles para su primera confesión y explicarles como sería la Misa en la que recibirían la Eucaristía por primera vez. Para esto, decidimos traer a los niños a la Residencia. Esto nos facilitó tener un ambiente seguro para las actividades y poder convivir con los niños un poco más de tiempo. La actividad fue todo un éxito, tuvimos las clases, el Padre Arturo Estrada los preparó para la confesión, compartimos un almuerzo de pizza y quebramos piñata
Clausura y despedida
Tuvimos una última sesión en el lugar donde habitualmente nos reuníamos con los niños, esta vez para repasar los últimos detalles antes de la Misa de Primera Comunión y para despedirnos de ellos, pues esta sería la última vez que nos reuníamos. Ésta vez sí tuvimos una refacción, donde recordamos todo lo que vivimos este año para llegar hasta ese momento. Fue un día bastante emotivo, los niños se mostraron muy agradecidos.
La fecha tan esperada
Finalmente, llegó el domingo 1 de agosto, día de las Primeras Comuniones. Salimos desde temprano de la Residencia para llegar antes a la Iglesia y así recibir a los niños y a sus familias. Para los niños teníamos preparado un pequeño regalo que consistía en una cajita de dulces típicos elaborados especialmente para la ocasión por la tienda de dulces típicos "El Sombrerón", quienes generosamente nos donaron los dulces.
La alegría era grande, pues ante unas circunstancias que al principio parecían adversas, logramos llegar a la fecha del acontecimiento de manera satisfactoria y, gracias a Dios, sin ningún problema con el COVID. Los padres de los niños estaban muy agradecidos, pues reconocían el riesgo que representaba y lo complejo que era llevar una actividad así en las circunstancias actuales, pero también eran más conscientes aún del gran bien que hacían a sus hijos acercándoles a la Eucaristía.
Don Raúl (papá de uno de los niños), se acercó ese día, nos agradeció por el tiempo que invertimos impartiendo las clases de catequesis a los niños y nos dijo: “Guatemala necesita jóvenes como ustedes, comprometidos a ayudar a los demás, que más adelante pueden cambiar el país”. Estas palabras nos llenaron de emoción y satisfacción, especialmente porque no esperábamos ningún reconocimiento por la labor que hacemos.
Mención especial
Cabe incluir este apartado para hacer mención especial a todas las personas que de alguna manera colaboraron, nos dieron donativos (en efectivo o en especie) para hacer posible el desarrollo de la actividad, entre ellos especialmente a: Julio Sosa, José Monterroso, Melvin Chávez, Jhony Orizabal y Kelvin Hernández. Y a todos aquellos quienes aportaron para las refacciones semanales, hasta quienes dieron algún donativo para las actividades de la catequesis: ¡muchas gracias!
También debemos mencionar al grupo de residentes, quienes desde un principio se comprometieron con esta iniciativa y gracias a ellos salió adelante esta actividad.
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