Hay un dicho que dice "vine buscando cobre, y encontré oro", que se usa cuando uno busca algo y consigue muchísimo mas de lo que esperaba. Esto ocurre con mucha frecuencia en la Residencia, pues muchos de los residentes vienen al CUCV a buscar nada más un buen lugar donde vivir mientras estudian la universidad, y resulta que en el camino descubren que han conseguido muchísimo más. Y esto aplica, normalmente, para todo: lo académico, lo cultural, las amistades y, para quienes lo buscan, también en lo espiritual.
Como bien es sabido, la formación espiritual en el CUCV es algo totalmente libre, abierto para todos, y a quienes lo buscan, se les ofrecen muchas posibilidades. Por esto, vivir en la Resi puede significar muchas cosas, pero para algunos resulta la oportunidad de tener el encuentro de sus vidas: encontrarse con Cristo por primera vez o de reencontrarse con Él después de mucho tiempo. Esto nos ocurrió este año cuando nuestros residentes Marcello, Angelo, Sergio, Alessandro y Santiago decidieron prepararse para recibir los sacramentos del Bautismo, Eucaristía y Confirmación.
Primer paso: el bautizo.
El sábado 4 de septiembre fue un día muy especial porque fue el día en que Marcello, Sergio y Angelo recibieron el sacramento del Bautismo y la Eucaristía en el Oratorio del CUCV. Ese sábado comenzó muy temprano: a las 6:30am comenzaba la ceremonia del Bautismo, seguido de la Santa Misa donde recibirían por primera vez el Cuerpo de Cristo. Tal era la ilusión que, a pesar de lo temprano que era para un sábado, muchos residentes estuvieron en la ceremonia acompañando a los recién bautizados. Ese día lo celebramos por todo lo alto.
A modo de anécdota, el Padre Rony Palomo, quien era el encargado de administrarles estos sacramentos tenía todo preparado desde algunos días antes, hasta los residentes encargados de asegurarse que Angelo se despertara a tiempo.
Luego, las confirmaciones.
Unas semanas después se sumaron Alessandro y Santiago, el sábado 16 de octubre, para recibir el sacramento de la Confirmación de manos del párroco de la zona en el Colegio APDE El Roble. Fue otro día de gran emoción, pues en esta ocasión si pudieron participar de la ceremonia los familiares de los confirmandos, junto a sus respectivos padrinos.
Uno de los bautizados, quien también se encuentra en su ultimo año en la Residencia, nos describió este hecho con sus palabras: «La Resi me ayudó a fortalecer lo académico y lo social, pero siempre tenía la espinita del ámbito espiritual. Aquí encontré muy buenas personas que me orientaron en todo momento y que supieron entender mi ritmo e incluirme poco a poco en todo».
Y uno de los confirmandos nos dijo que: «entender y el querer procurar por dichos sacramentos no fue difícil, gracias a qué en la Resi se vive en constante formación».
Nos unimos a la alegría de nuestros residentes recién bautizados y confirmados, y les animamos a perseverar en el crecimiento y fortalecimiento de la fe que acaban de acoger.
San Josemaría, fundador del Opus Dei, institución que promueve nuestra Residencia, deseaba que la Obra fuera una gran catequesis. Por esto mismo en la Residencia ofrecemos, a quién libremente lo desee, la posibilidad de recibir la formación humana y espiritual que necesite. San Josemaría también promovía el respeto por la libertad de las almas, por lo que en la Residencia la formación espiritual y la participación en las actividades religiosas se viven con ese espíritu: respetando completamente la libertad de cada uno.
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